jueves, 4 de junio de 2015

LA MALDICIÓN II
Acqua Gym  

A partir de un desafío de Literautas. No usar la letra "t"


—No es una obligación; es un desafío... pero... ¡Maldición!

Cuando leyó la consigna que abolía aquel grafema,el que no deberá usarse nuca más, se arrancó los pelos, y se puso a pensar cómo hacer para eludirlo y armarse una buena reserva de palabras que no precisaran de ese signo.
Para comenzar, Don Google le informó que la susodicha era la vigésima primera del abecedario; de ahí en más, a los fines que hubiere lugar, se llamaría "La 21".                                                          Además, había decidido escribir siempre, en una conocida página cuyo nombre no era posible escribir sin recurrir a "La 21". Ah, sí: la llamaría "Lii-e- aw",con resonancias chinas, decidió.
 Feliz por su viveza se fue a la clase de Acqua Gym; ideal para personas mayores de 60, especial para mujeres achacosas de reumas y dolores varios; y amenazadas de obesidad, por si fuera poco. Nunca había aprendido a nadar; pero cada semana cobraba confianza y se hallaba más ágil día a día. Y se había hecho de varias amigas nuevas. En la cálida piscina ensayó pasos, flexiones, giros,a la voz de la jovencísima coordinadora: — Brazos arriba, rodillas a la panza.                                         
         ¡Cómo se ríó al pensar en las palabras que había logrado eludir!                                                           — Bien - se dijo; ejercicio para músculos y neuronas.                                                                           La profe cambió la música de fondo y dio una nueva consigna: —En un solo pie cada vez; no pisar.el fondo.
—Bum, bum bum; música bolichera - señaló una de sus compañeras — qué fea.                
            — Yo prefiero salsa. — Yo, corridos. — Yo, la Marcha de San Lorenzo.                                           Chillaban encaprichadas como si fueran nenas de Jardín y no señoras maduras y bien educadas. La presión del grupo llevó al cambio de música: —Ahhh, Juan Luis Guerra...Bieenn                                      — Buena jornada: gimnasia, paciencia, seguridad en mí misma y dominio del abecedario - pensó. Y de nuevo, medio nadando, medio brincando, aferrada a los cilindros y mancuernas de polies (uuu... casi dijo) "gomaespuma", volvió a brindar por sus habilidades físicas y lógicas.                                     Iba saliendo de la piscina cuando observó que ya no le dolían sus maldiciones: ni el dedo gordo del pie izquierdo, ni la rodilla derecha; y que no se había hundido como le pasaba con frecuencia.                                                                                                                                                — Bien; creo que hoy hice un nuevo record en mi cruzada anTimaldiciones.                                            Y ahí mismo, cuando  vio a "La 21" en medio de lo que acababa de pensar, largó una carcajada. En realidad, ¿a quién le preocupaba "La 21"?





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